Si para una persona mudarse de un sitio a otro con fines de vivienda es complicado- por todas las alteraciones en la cotidianidad que esto trae asociado-, para un animal de compañía este cambio en su vida diaria resulta aún más drástico. Esa es la razón por la cual hay que apoyar a nuestra mascota para que tal modificación en su día a día no resulte tan agobiante o difícil de afrontar. En este texto les compartiremos valiosos consejos para cuidar a una mascota en el marco de una mudanza de domicilio.
Lo más importante para solventar este evento tan radical en la vida de una mascota es demostrarle cariño, paciencia y comprensión a nuestro peludo amigo.
Comprender las necesidades de la mascota
Los perros domésticos (también en el caso de los gatos mascota pero en una intensidad menor) tienen un intenso apego por los sitios en que habitan y esas zonas que consideran como sus “espacios” por cuestión instintiva. Día con día husmean por esos rincones, los conocen, les ofrecen seguridad y confianza. Los perros mascota saben que en el interior de sus casas están seguros y que nunca les faltará agua y alimento.
Ese es el motivo por el cual la perspectiva de una mudanza puede trastocar por completo esa confianza que el perro tiene ante su entorno. Nuestro querido amigo puede verse presa del estrés, del enfado y el temor por sentirse arrojado a un entorno desconocido y poco familiar. Debemos ponernos en el lugar del animal y hacer lo posible por comprender su circunstancia, su alteración y sus necesidades emocionales.
Paciencia para nuestra mascota ante el cambio
Debemos mostrar tolerancia y paciencia ante las actitudes de temor y recelo que nuestra mascota exhiba ante un cambio tan radical como el que implica una mudanza. Dejar de estar en una vivienda determinada para trasladarse súbitamente a otra casa o departamento es una experiencia que puede resultar ambivalente para un animal de compañía. Si es un cachorro de talante curioso y juguetón el cambio podría resultarle estimulante y emocionante.
En cambio, si es un perro de edad avanzada, la vivencia de una mudanza puede causarle abundante estrés, inquietud y angustia. Hay que mostrar paciencia en ambos casos y cuidar a nuestras mascotas con toda entrega para que el cambio no les cause afectaciones tanto físicas como emocionales.
Demostrarle cariño a nuestra mascota siempre
Una manera de hacer más pasable el trance de la mudanza a una mascota es llevarla al nuevo domicilio algunos días antes del cambio para que se familiarice con el lugar. De ese modo nuestro perro podrá tener un primer acercamiento con ese entorno desconocido, comprobar que aspecto tiene, que olores lo caracterizan y que pueda cerciorarse de que no hay riesgo alguno al permanecer allí.
De esa manera, cuando finalmente se lleve a cambio la mudanza, nuestro perro no se sentirá tan desorientado al tener que habitar en un sitio novedoso y poco familiar.
El veterinario y su apoyo permanente
Otra estrategia que podemos llevar a cabo al momento de mudarnos de domicilio con nuestra mascota es llevar algunos juguetes para que los tenga a el perro durante toda la faena asociada al cambio de casa. De ese modo, al tener cerca de sí elementos que le brinden seguridad y familiaridad- por conocerlos a fondo y ofrecerle consuelo-, el perro no extrañará demasiado su antigua casa y podrá adaptarse sin inconvenientes a su nuevo domicilio.
Es preciso observar atentamente las reacciones del perro en sus esfuerzos por adaptarse a ese nuevo entorno. Si captamos que se siente temeroso o confundido hay que ofrecerle cariño y compañía. De esa manera haremos que la experiencia de la mudanza no le resulte a nuestro perro como una vivencia negativa e intolerable.
Para cualquier duda o inquietud acerca del control del animal para que afronte de buena manera una mudanza de casa, siempre podemos consultar con el veterinario. Este especialista podría transformarse en el mejor aliado que tengamos para apoyar al perro en el trance que implica un cambio de casa. Incluso si la mudanza implica un cambio de entidad, el veterinario puede asesorarnos acerca del modo en el que podemos transportar al perro en el coche o autobús sin que se altere o se lesione.