El problema de la viruela aviar en las granjas

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La viruela aviar se presenta como una enfermedad de origen viral considerada como habitual en las granjas y criaderos. Es ocasionada por distintas cepas de Variola avium, un virus perteneciente a la familia de los Poxiviridae. Se trata de una enfermedad que afecta a las aves de corral con una intensidad que va de lo moderado a lo grave. También se caracteriza por irse desarrollando de lenta manera. La dispersión de esta enfermedad también se lleva a cabo lentamente y desde tiempos antiguos resulta fácilmente detectable. Conozcamos más a fondo acerca de el problema de la viruela aviar en las granjas y criaderos.

Los ejemplares afectados por la viruela aviar exhiben síntomas en la piel que están definidos por abundantes lesiones eruptivas. Estas últimas se manifiestan a modo de acumulaciones de agallas o estructuras verrugosas que presentan las aves en las zonas corporales que no tienen plumas. Por lo demás, las aves contagiadas de viruela también pueden exhibir síntomas en el sistema digestivo o respiratorio. En especial se hacen patentes lesiones de tipo membranoso que pueden llegar a ser bastante graves, principalmente cuando se transforman en eventos de inanición o de asfixia.

Un gran problema sanitario en el entorno aviar

Conviene saber que la viruela aviar ha sido detectada en sesenta especies de aves. No solamente ha afectado a pavos y gallinas, sino también a canarios y palomas. Es una enfermedad que también es denominada como mal de Kikuth, epiteloma contagioso aviar, difteroviruela y difteria aviar.

La viruela aviar es consecuencia de la acción del virus Variola avium, un microorganismo perteneciente al apartado de los poxvirus. Y si bien, en el grupo de los poxvirus se encuentra el virus relacionado con la viruela que afecta a los seres humanos, hasta la fecha, los expertos no han hallado evidencias de que los avipoxvirus contagien a las personas.

Alcances del virus de la viruela aviar

Por otra parte, numerosas especies de aves de corral presentan sensibilidad a más de una cepa y ciertas mutaciones del mencionado virus contienen secuencias que hacen aun más activas a estas cepas.

El virus de la viruela aviar expone una enorme resistencia a los ambientes externos y también a las desecaciones y las frías temperaturas. Estando en piel seca, el microorganismo puede preservar su capacidad infecciosa hasta años enteros siempre y cuando se encuentre en temperaturas convencionales.

Por lo que se refiere a la transmisión del virus de la viruela aviar, esta se lleva a cabo al ingresar el virus en diminutas heridas en la piel del ave, o a través de la exposición de las mucosas oculares o de las vías respiratorias con partículas con potencial infeccioso que permanecen en el aire. También actúan como vectores de la enfermedad ciertos artrópodos que se alimentan o pican en las heridas de las aves. De ese modo, la enfermedad va avanzando entre la población de aves sanas. Los mosquitos también son frecuentes vectores de este peligroso mal.

Cómo se presenta el contagio de la viruela aviar

Por otra parte, los abrevaderos o perchas utilizados por las gallinas o gallos enfermos pueden ocasionar el contagio de las aves saludables. Lo mismo puede presentarse con respecto a cualquier alimento, jaula o implemento usado en tareas de avicultura, ya que se han identificado como posibles portadores del virus.

Las aves de corral que se mantienen recluidas en concentraciones demasiado grandes son especialmente proclives al contagio de la viruela aviar. Los casos de infección pueden presentarse en cualquier periodo del año. La viruela aviar tiene dos manifestaciones principales, una seca, a la cual se le llama “cutánea” y otra húmeda, también conocida como diftérica.

Recursos veterinarios para combatir el virus de la viruela aviar

El veterinario tiene manera de emitir un diagnóstico relacionado con la viruela aviar a través de una revisión clínica de las lesiones en la piel de los ejemplares contagiados. Para cerciorarse de la presencia del virus en cuestión, es preciso enviar a los laboratorios muestras de las aves, ya sea ejemplares completos o partes afectadas de las aves. Hay distintas pruebas de laboratorio que se realizan para identificar a este microorganismo, como, por ejemplo, la Histopatología microscópica.

No hay un tratamiento específico para atender a las aves silvestres que se encuentren libres en su hábitat para atenderlas de viruela aviar, y por ello, hay que mantener en permanente monitoreo a las poblaciones de aves de granja que pudieran interactuar con las primeras.

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