El dóberman es un can que nunca pasa inadvertido por su elegante estampa y distinguida imagen. Aunado a lo anterior, es un animal de compañía que también sobresale por su gran inteligencia y por su lealtad a toda prueba.
De hecho, los conocedores en razas caninas consideran al dóberman como una de las variedades de perro más listas. Estamos hablando de un perro con una especial facilidad para el aprendizaje y la memorización y con la capacidad de llevar a cabo variadas actividades y suertes relacionadas con los deportes para estos animales.
Sin embargo, para realizar a plenitud sus capacidades físicas y mentales, el adiestramiento del dóberman debe de estar bien encausado, observando especial atención a su aprendizaje y al modo en el que se relacione con otros canes. También es indispensable que el dóberman reciba las mejores atenciones veterinarias durante las diferentes etapas de su vida.
Para brindarle los mejores cuidados a nuestro perro dóberman en su calidad de mascota, es necesario conocer cuáles son algunas de las enfermedades más habituales de presentarse en los perros de esta raza.
Poner atención en los síntomas que mencionaremos a continuación, aquellos relacionados con las principales enfermedades de los perros dóberman, nos dará la pauta para solicitar el apoyo del veterinario en tiempo y forma. Con ello la salud de nuestra querida mascota recibirá el apoyo indispensable.
El perro dóberman y el síndrome de Wobbler
A este problema de salud canina también se le conoce como el “síndrome del tambaleo”. Incluye distintas complicaciones de tipo crónico- degenerativas que causan graves daños en las vértebras del animal.
Como una de las consecuencias más graves del síndrome de Wobbler, se llega a presentar una compresión extrema de la médula espinal y en especial de los nervios que se concentran en el cuello del perro.
Esta enfermedad es más frecuente de presentarse en los perros corpulentos, por ejemplo, el dóberman, el martín y el gran danés.
El perro dóberman y la Cardiomiopatía dilatada
Se perfila como otra problemática que es habitual detectar en los perros de gran tamaño. Es una patología que se manifiesta cuando la estructura muscular del corazón se debilita, a causa de un estiramiento paulatino, principalmente en la zona de los ventrículos.
Al no contraerse correctamente, el corazón es incapaz de bombear la sangre indispensable para concretar la oxigenación de todos los tejidos corporales.
Una oxigenación insuficiente no permite que los órganos del animal lleven a cabo como es debido las funciones que les corresponden.
De entre los síntomas que más apuntan a esta enfermedad de los perros debemos mencionar los siguientes: complicaciones para respirar, debilidad extrema, tos abundante, una patente disminución de peso, abdomen hinchado, poca tolerancia a los ejercicios físicos y eventos de síncope.
Es indispensable llevar al perro de inmediato con el veterinario cuando se detecte una o varias de estas señales.
El perro dóberman y la Enfermedad de von Willebrand
Ahora tenemos una patología que se define por la carencia del llamado factor Von Willebrand. En este caso tenemos una glicoproteína que tiene como función el transporte del factor de coagulación cuando se presentan lesiones vasculares.
Cuando se presenta una disminución de esa proteína, las plaquetas sanguíneas exhiben una unión poco eficaz y derivado de ello una deficiente coagulación. Por esta circunstancia, el dóberman puede sufrir sangrados abundantes con tan solo experimentar leves heridas o lesiones superficiales.
Aunado a lo anterior, se ha comprobado que los canes con la Enfermedad de von Willebrand tienen una mayor propensión a experimentar alteraciones metabólicas, como, por ejemplo, hipotiroidismo canino.
El perro dóberman y la torsión gástrica
Otra de las principales enfermedades que dañan especialmente a los canes de esta raza es la torsión gástrica. Esta problemática se manifiesta con una extrema dilatación del estómago, al grado que este se tuerce sobre su propio eje. Debido a ello quedan obstruidas las conexiones entre el intestino y el esófago.
Los síntomas principales relacionados con la torsión gastrica son: pocas ganas de alimentarse, abundante letargo, complicaciones respiratorias, hinchazon en el abdomen, frecuentes nauseas, infructuosos intentos por vomitar y una excesiva salivación.
Lamentablemente estamos ante una enfermedad canina que suele presentarse con gran frecuencia entre los canes corpulentos, como, por ejemplo, el labrador, el mastín napolitano, el san bernardo y el dóberman.