Qué hacer si se detectan lipomas en las mascotas

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Aunque suele ser más común de lo que podría pensarse, hallar bultos nuevos y extraños en el cuerpo de nuestro perro o nuestro gato es algo que siempre causa inquietud. Hablar de los lipomas es hacerlo acerca de protuberancias o bultos que en realidad son masas de origen graso que no son cancerígenas. Habitualmente se desarrollan debajo del cuello, en el área superior de las piernas, torso y axilas. Tal vez haya un vínculo entre el número y el tamaño que tengan los lipomas, la facilidad que tenga el animal para la metabolización de la grasa y su estado de ánimo en general.

La verdad es que no es preciso retirar un lipoma del cuerpo de nuestra mascota salvo que este elemento altere la movilidad o el bienestar físico del perro o gato. De cualquier manera, la masa debe ser objeto de monitoreo constante por parte de los dueños del animal y del veterinario para así identificar variaciones en su forma o su tamaño. Hay que procurar que nuestra mascota se mantenga en un peso adecuado y en excelentes condiciones físicas para que no aparezcan lipomas en exceso en su cuerpo.

Qué son los lipomas

También es importante ofrecerle una alimentación que resulte lo menos estresante posible para su metabolismo y tener precaución con evitar que mediquen en exceso o que lo vacunen en demasía. En muchas ocasiones cuando uno está bañando al perro o cuando se le está dando un masaje al gato, cuando se le toca el cuerpo, se identifica extraños bultos debajo de su piel. La presencia de lipomas es muy común en los canes y los mininos y suele ser identificada en prácticamente todo el mundo. Es muy frecuente que conforme los perros van avanzando en edad desarrollen en su cuerpo la presencia de protuberancias que en realidad son inofensivas. La mayoría de ellos se revelan como tumores adiposos.

Estas masas de grasa son de naturaleza benigna y se encuentran debajo de una pequeña cápsula. Los lipomas son una especie de tumores blandos que no resultan cancerígenos. Son de frecuente aparición en los perros, más allá de su edad, sexo o raza. De hecho, cualquier perro puede desarrollar uno o más lipomas, tanto en la zona del cuello y en la zona superior de las piernas, torso o axilas. Incluso es posible identificar lipomas en los tejidos corporales de una mascota.

Cómo se presentan los lipomas en el cuerpo del perro

En ocasiones el lipoma se encuentra bajo la piel y se sentirá suave, blando y se podrá mover. En cambio, cuando el lipoma se ubica en los tejidos musculares, la consistencia que tiene es más firme. Por lo general si un can no exhibe un dinámico metabolismo tiene una mayor tendencia a desarrollar tumores adiposos más allá de su corpulencia, tamaño, sexo o edad.  Cuando un can con un metabolismo lento incrementa su peso, suele desarrollar acumulaciones de nódulos en ciertas partes de su organismo. Como hemos mencionado anteriormente, se trata de lipomas y si tenemos cualquier problema para identificarlos o para calcular el potencial cancerígeno que pudieran tener, es indispensable consultarlo con el veterinario.

Conviene saber que determinadas razas tienen una mayor tendencia a desarrollar lipomas que otras variedades caninas. Ese es el caso de los perros Golden Retriever y Labrador. Tal característica ha llevado a los expertos a pensar si no está presente algún factor epigenético para el surgimiento de estas masas grasas de naturaleza benigna.

Cuando se deben eliminar los lipomas

Si se ha detectado en el cuerpo de nuestro can un sospechoso bulto, hay que notificarlo de inmediato con el veterinario. Este experto deberá mantener un monitoreo constante de la protuberancia, tomando registro además de todas las características físicas relevantes del perro: peso, edad, sexo, raza, etc. Numerosos veterinarios aconsejan la extirpación de cualquier protuberancia que sea detectada en el cuerpo del perro, ya sea un lipoma o una neoplasia cutánea, pero otros especialistas elijen dejar inalterados estos bultos benignos, salvo que alteren de manera patente el bienestar corporal del can o incluso la movilidad del animal.

Pero si ese lipoma detectado en nuestro perro incrementa su tamaño, más allá de la ubicación que tenga, por cuestiones médicas tal vez sea preciso erradicarlo antes de que crezca tanto que altere la calidad de vida de nuestra mascota.

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