La Enfermedad de la Lengua Azul (ELA) se perfila como una complicación viral que se daña a los bovinos y a otros rumiantes. A esta enfermedad también se le conoce como fiebre catarral ovina. El problema es originado por el virus de la lengua azul (BVT), mismo que forma parte del género Orbivirus y que casi siempre se transmite a través de mosquitos del género Culicoides.
En general, la ELA puede derivar en graves afectaciones para la salud de vacas y reses, al grado de impactar en la industria ganadera en su conjunto.
Cómo se presenta la enfermedad de la lengua azul
El virus de la lengua azul afecta a los sistemas vascular y linfático de los animales, causando una serie de síntomas característicos. El nombre de la enfermedad proviene del hecho de que los animales afectados a menudo muestran signos de inflamación y cianosis en las áreas de la boca, lengua y mucosas.
Estos síntomas pueden variar en gravedad, y algunos animales pueden ser portadores asintomáticos, lo que hace que la detección y control de la enfermedad sean más desafiantes.
Como se mencionó previamente, la enfermedad de la lengua azul se presenta a través de la picadura de mosquitos portadores de la infección, mismos que actúan como portadores del BVT.
Esta enfermedad puede prevalecer según la zona geográfica en donde los animales se concentren y las circunstancias climáticas que se presenten. Y es que la dinámica de los mosquitos está condicionada por condiciones ambientales como la humedad y la temperatura.
Las zonas con un clima húmedo y cálido son más proclives a la presencia de mosquitos vectores y, por lo consiguiente, pueden exhibir niveles más elevados de contagio de ELA.
Principales síntomas de la enfermedad de la lengua azul
Los síntomas de la Enfermedad de la Lengua Azul pueden incluir fiebre, inflamación de las mucosas, salivación excesiva, hinchazón de la cabeza y el cuello, y cojera.
La lengua del animal puede volverse azulada debido a la falta de oxígeno causada por la inflamación de los vasos sanguíneos. En casos más graves, la enfermedad puede afectar los sistemas respiratorio y reproductivo, lo que lleva a tasas de reproducción disminuidas y mayores tasas de aborto.
Aunado al daño directo causado a la salud de los ejemplares, la ELA puede provocar considerables afectaciones en las empresas ganaderas. Los ejemplares contagiados suelen padecer una reducción en las producciones de carne y de leche, y por lo general deben de aplicarse limitaciones comerciales para prevenir mayores alcances de la enfermedad.
Así también, se hacen necesarias acciones de control, como, por ejemplo, la eliminación de mosquitos o la vacunación, aun cuando tales medidas suelen implicar costos adicionales para los emprendedores pecuarios.
Previniendo los casos de enfermedad de la lengua azul
La prevención de la lengua azul en el ganado bovino implica estrategias que aborden tanto la transmisión del virus como la gestión de los animales afectados.
La vacunación es una herramienta importante en la prevención de la enfermedad y puede ayudar a reducir la gravedad de los síntomas en los animales infectados. Sin embargo, la disponibilidad de vacunas puede variar según la región, y la efectividad de la vacunación puede depender de la presencia de cepas específicas del virus en la zona.
Por otra parte, aunadas a las estrategias de vacunación, las acciones de control de los mosquitos son indispensables para contener los contagios de ELA. Ello puede requerir la utilización de insecticidas, el retiro de cualquier criadero de mosquitos y la aplicación de dinámicas de manejo animal que disminuyan la exposición de los ejemplares a los insectos vectores.
Combatiendo los casos de enfermedad azul en el ganado
El monitoreo y la vigilancia son acciones imprescindibles para la detección de los casos de lengua azul y así adoptar las necesarias acciones para contener el avance del ELA.
Así pues, la Enfermedad de la Lengua Azul se presenta como una preocupación importante en la industria ganadera debido a sus impactos en la salud del ganado y en la economía. La comprensión de la biología del virus, las estrategias de prevención y control, y la cooperación entre los productores, los veterinarios y las autoridades sanitarias son fundamentales para gestionar y mitigar los riesgos asociados con esta enfermedad.
La investigación continua y la educación son esenciales para mejorar la capacidad de los ganaderos para prevenir, detectar y controlar la Enfermedad de la Lengua Azul en las poblaciones bovinas.