Aspectos básicos para una adecuada crianza de terneras

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Criar terneras en una granja o un criadero dedicado a la explotación lechera es una dinámica que precisa de gran cuidado y con una permanente asesoría por parte de expertos.

Y si bien las personas que pertenecen al sector tienen conocimientos básicos acerca del cuidado de los jóvenes bovinos, no siempre son llevados a la práctica de la mejor manera posible. Es por eso que resulta tan pertinente y necesario comentar- cómo haremos en lo siguiente- acerca de los aspectos básicos para una adecuada crianza de terneras.

El objetivo de este breve artículo es atender es ponderar las condiciones indispensables y requerimientos básicos para desarrollar una cría efectiva y adecuada de los jóvenes bovinos.

Lo primero que debe atenderse en la cría de terneras

De entrada, resulta importante tener a personas perfectamente capacitadas para el cuidado de las terneras. Deben ser trabajadores plenamente conscientes de la importancia de su labor en el contexto de una explotación pecuaria, y además, comprometidos con los objetivos productivos que tenga ese negocio. Deben de ser personas a los que les agrade trabajar con esta clase de animales, para que logren llevar a cabo una labor aseada y en pleno orden.

Cómo deben de ser las personas dedicadas al cuidado de las terneras

Las personas encargadas del cuidado de las terneras, deben ser meticulosas en el monitoreo cotidiano de estos animales, y también ser puntuales al reportar cualquier detalle o aspecto extraño que se presente en los espacios donde se concentran los ejemplares.

Lo anterior es de capital relevancia para atender a las terneras enfermas lo más pronto posible, y también para tomar posibles decisiones acerca del cuidado o la permanencia de esas terneras en el entorno del criadero.

La nutrición de las vacas lecheras y el potencial inmunológico del calostro

Otro aspecto para tomar en cuenta, con relación al efectivo cuidado que se debe tener con las terneras, es el inicio mismo de la crianza. Lo que queremos decir es que la crianza inicia desde antes de que el animal haya sido parido por su madre. Las vacas lecheras deben de contar con el tiempo suficiente, aproximadamente 60 días, para que sus glándulas mamarias reposen y obtengan la necesaria recuperación.

Así también, la transmisión de elementos inmunológicos naturales en el calostro, que les ofrecen las vacas a las crías, se concreta en el mes final de la gestación de la ternera. Hablar acerca de las inmunoglobulinas implica hacerlo de elementos que auxilian a estos animales recién nacidos a estar libres, lo más posible, de diferentes enfermedades.

Se presenta un gran problema con los partos prematuros o periodos secos demasiado cortos, en tanto que derivan en un calostro con muy limitado potencial inmunitario.

La necesidad de un programa de vacunación aplicado en la población de terneras de una explotación pecuaria

También es indispensable que se maneje una planificación de vacunas de los ejemplares en la granja o criadero. Este programa resulta eficaz para controlar las enfermedades más habituales que afectan a los bovinos criados en los negocios pecuarios. Por supuesto, para emprender este plan de vacunación de los animales con los que se cuenten en una granja o criadero, siempre debemos tener la asesoría y apoyo de un experimentado veterinario.

La dieta de las vacas lecheras y la dieta de las terneras

Cuando se presenta el período seco, la nutrición de las vacas debe ser lo suficientemente adecuada para el bienestar de su organismo y para la producción lechera que esperamos nos ofrezcan en un porvenir cercano. Debemos tener presente que las dietas limitadas en proteínas, o que nos garantizan poca energía, derivan en una producción mucho menor de calostro y, por lo consiguiente, menores concentraciones de inmunoglobulinas.

La relevancia inmunológica del calostro en las terneras

Es importante reiterar la importancia que tiene el calostro para el bienestar corporal de una ternera. Este líquido que ofrece la madre a sus crías, de manera natural, protege a los jóvenes ejemplares contra distintas enfermedades, es decir, les proporciona la suficiente inmunidad que precisa su organismo para encarar las amenazas microscópicas del medio ambiente.

También proporciona a las terneras elementos asociados con la inmunidad del organismo, como es el caso de las inmunoglobulinas. El número de estos elementos presentes en el calostro, y la facilidad de absorción de ellas que consiga el ejemplar, disminuye con gran rapidez durante la más temprana etapa de su vida.

Tras las primeras 24 horas de haber nacido la ternera, deja de tener la capacidad suficiente su organismo para la absorción de inmunoglobulinas. Por otra parte, el calostro ofrece a las crías abundantes proteínas, vitaminas y energía para esa etapa inicial de su vida que deben afrontar.

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